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domingo, 17 de febrero de 2013

La comida: nueva batalla perdida

Esta es Mencía en su máximo apogeo frente a la comida
Ya os he contado en infinidad de ocasiones durante esta corta experiencia como mamá bloguera que darle de comer a Mencía es lo que más nos cuesta a sus papás.
Lo hemos intentado prácticamente todo, desde cantarle, jugar con ella, hacer malabares, ver dibujitos en la tele, en el móvil, en el ipad, dejarla sola ante el plato, dejarla sin comer, cambiarle la trona, darle libros... pero tengo que confesaros que todo, absolutamente todo, no ha servido para nada
Hace unas semanas comenzamos con el método "A Comer" del Doctor Estivill. Yo había puesto muchísimas esperanzas en él, ya que, aunque sé que tiene muchísimos detractores, su método para enseñar a la niña a dormir con nosotros funcionó a la perfección en sólo dos días y ahora Mencía duerme como una auténtica bendita (hoy por ejemplo se ha despertado a las 9.45, ha dormido la siesta de 13.45 a 16.30 y a las 20.20 estaba KO), por lo que las expectativas que había puesto sobre su método para enseñarle a comer eran "demasiado" altas. Los primeros días no hizo ningún efecto conmigo, aunque en la guarde y con la chica volvió a la "relativa" normalidad, pero ha sido inútil con su padre y su madre.
Tengo que confesaros que este fin de semana ha sido prácticamente imposible darle de comer. Tampoco hemos aplicado el método, la verdad, pero es que la única forma con la que conseguimos que tome una cucharada es haciendo verdaderos esfuerzos por conseguir distraerla y, sobre todo, mantenerle las manos ocupadas, porque si no la cuchara termina en la otra punta de la cocina.
Sé que este post suena a derrota, evidentemente estamos un poco desanimados con el tema, sobre todo porque vemos cómo se va quedando cada vez más delgadita, pero la realidad es que no podemos tirar la toalla: con 22 meses tenemos que enseñarle a comer sí o sí. En realidad, es un "post desahogo", porque algo tendremos que hacer.
Otro día, cuando el método nos funcione, porque vamos a volver a intentarlo, os lo contaré con detenimiento.

jueves, 24 de enero de 2013

¡Terror!: la profesora de Mencía quiere hablar conmigo

Un sentimiento de pánico me ha embargado esta tarde cuando al volver mi hija de la guardería la chica venía con el siguiente recado: la profesora de Mencía quería hablar conmigo urgentemente.
Como ya os he comentado en varias ocasiones, la reina de mi casa es una pedorra con las comidas y tanto con su padre como conmigo no hay manera de que quiera comer, tenemos que hacer encaje de bolillos todos los días para conseguir que coma como Dios manda, y a veces es imposible lograrlo.
Últimamente se está portando regular para comer también con la chica que la cuida. Pero aunque le cueste un poco más de lo normal, al final termina por comerse todo lo que ella le pone por delante.
Pues bien, desde la vuelta de las vacaciones de Navidad Mencía ha estado más revoltosa de lo habitual en la guarde: llora por todo desconsoladamente, chincha a sus compañeros y la comida se le "hace bola". Vamos que no come. Esta última semana volvía siempre con la misma historia: "No ha querido comer nada, sólo el yogur de postre".
Yo ya estaba con la mosca detrás de la oreja, pero cuando esta tarde la chica que cuida a la niña por las tardes ha dicho "La profesora de Mencía quiere hablar contigo" casi me da un "jamacuco". Rápidamente me he dado cuenta de que mis horarios son incompatibles con los de la profesora, así que he mandado a mi marido a la velocidad de la luz (es un decir) a la guardería para que hablara con ella a ver qué era lo que estaba pasando.
En ese momento me he sentido como mi madre cuando tenía que ir al colegio a recoger las notas de mis hermanos (conmigo no le pasaba porque yo era mejor estudiante) y salía temblando por el enorme número de "cates" que llevaba en su haber... Sé que es un poco exagerado, pero como últimamente está tan petarda allí y encima le ha dado por pegarse a ella misma (comprobado 100% que los mordiscos se los da sola), no sabía si podía estar pasando algo más con la niña, a parte de lo de la comida.
Finalmente y para mi tranquilidad lo único que ocurría es que como ha dejado de comer (ya no lo hace ni sola ni acompañada) la comida de mayores, habían vuelto a darle puré como a los más pequeños y querían saber si nos parecía bien la decisión que habían tomado. Por supuesto, mi marido le ha dicho que fenomenal, con lo delicada que es está esta niña con el peso como para que ahora no coma... pero lo cierto es que alguna solución vamos a tener que buscar para que esta niña vuelva a comer bien. ¿Se os ocurre algo? Ya hemos probado otras veces varias recomendaciones -ponerle dibujos animados en la tele, intentar jugar con ella mientras come, cambiar totalmente la escena habitual de las comidas (de cuarto, de trona, de vajilla...), dejarla sola, ponerle un plato con una ventosa debajo...- pero nada parece dar resultado o, si lo da, apenas dura unos días. Hemos acordado con la profesora volver a intentar que la niña coma sola también en casa todas las comidas, pero me da en la nariz que va a ser una batalla difícil. En fin, ya os iré contando.

viernes, 28 de diciembre de 2012

No más: Mencía aprende a decir "se acabó"

Las vacaciones de Navidad de nuestra pequeña están dando para muchos post en este blog, aunque el padre y la niña apenas me dejan tiempo para escribirlos. Esto es peor que estar trabajando. Como sabéis Mencía es bastante parca en palabras: se comunica a base de gritos, golpes y algún que otro balbuceo. Esta semana, en medio de una nueva huelga de hambre por parte de la enana, nos sorprendió con una nueva expresión: ¡¡¡NO MÁS!!! Vamos, que se acabó, que cuando dice eso es que se ha cansado de comer, de jugar, de beber agua, estar sentada... Esta frase, para que quede más clara, suele venir acompañada de gestos muy elocuentes con la mano y la pronuncia en un tono bastante elevado para que no quepa ninguna duda. Así que ya veis, una vez más esta niña nos demuestra que tiene mucho carácter, algo que habrá que ir domando poco a poco. Y es que con Mencía han coincidido la época de las rabietas y la aparición estelar del genio de los Mendoza, o al menos eso dice mi marido. Seguiremos informando.