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jueves, 4 de abril de 2013

Mamá vuelve al trabajo

Como much@s habéis podido comprobar he estado ausente casi dos semanas, el motivo es que me tuvieron que realizar una pequeña intervención en la mano derecha que me ha dejado "manca" durante 10 días
Al fin me han quitado el aparatoso vendaje y he recuperado mi vida. Mañana ya me incorporo al trabajo y hoy he querido retomar el blog que tenía abandonado.
Es impresionante todas las cosas que he dejado de hacer durante todos estos días, cosas más trabajosas y otras no tanto. 
- Cambiar pañales.
- Vestir a la peque.
- Baño de mi niña.
- Darle de comer a Men: era un infierno hacerlo con la izquierda, la última vez que lo intenté (el sábado) el yogurt terminó volando por los aires
- Ducharme de una forma civilizada (una bolsa de basura en la mano no es muy cómoda para jabonarse o lavarse el pelo, la verdad).
- Utilizar el ordenador.
- Mantener la fan page de La Mami en Apuros de Facebook
- Escribir por whatsapp (he intentado hacerlo lo menos posible, con la izquierda era un infierno).
- Utilizar el cuchillo para comer.
- Tardar menos de 5 minutos en ponerme los calcetines. 
- Y otras mil tonterías más.
Gracias a  Dios, ya casi estoy al 100%, la semana que viene me quitan los puntos, pero ya puedo recuperar la normalidad.
No sabéis la cantidad de post que tengo pendientes....
Gracias por vuestro apoyo!

jueves, 7 de febrero de 2013

El primer pintalabios de Mencía

"¿Qué? ¿Cómo? ¿Tu niña no ha cumplido aún dos años y ya te dedicas a pintarle como si fuera una niña mayor? ¿Pero tú estás loca?" Seguro que más de un@ de vosotr@s ha pensado esto al leer el título del post, pero nada más lejos de la realidad. Aunque hay que decir que si por mis sobrinas fuera ya hubieran puesto a Mencía como una muñeca chochona en más de una ocasión. Pero no, esta vez ha sido la propia niña la autora de la fechoría.

Resulta que la otra tarde, cuando mi marido volvió de una de sus habituales visitas a los diferentes médicos que le ven, Mencía le recibió con una enorme sonrisa y los labios ¡completamente pintados de rosa! Para rematar la escena, la niña tenía también las manos manchadas de rosa y parecía masticar algo. ¿El qué? Pues tras pelearse con ella para conseguir abrirle la boca y meterle la mano para ver qué estaba comiendo mi marido descubrió alucinado que se trataba de una tiza de color rosa, de las que normalmente utiliza para pintar en su pizarra redonda de pared (que, por cierto, le encanta). Dice mi marido que estaba muy graciosa y que, aunque intentó reñirle, no pudo hacerlo porque le daba la risa de ver la ocurrencia de nuestra hija. Eso sí, rápidamente tuvo que limpiarle, con ayuda de la chica que cuida a Mencía, los labios, la cara, las manos y hasta la lengua con una toallita húmeda, con el consiguiente mosqueo de la niña...